2 de Febrero de 2021 In English Fiesta de la Presentación del Señor
Queridos Hermanos y Hermanas en Cristo,
Al celebrar hoy la Fiesta Litúrgica de la Presentación del Señor, recordamos a la Virgen María y a San José llevando al niño Jesús al Templo, junto con las ofrendas habituales. Es en este momento cuando Cristo es reconocido como el cumplimiento de las antiguas profecías y la "luz para iluminar a las naciones. " La Presentación prefigura a Cristo ofreciéndose al Padre a través de su muerte en la cruz, junto con Su madre María parada a los pies de la cruz, que finalmente trajo la luz brillante de la resurrección.
En estos tiempos desafiantes y tristes en los que vivimos, marcados por el aislamiento, la pérdida y la perturbación, a menudo puede ser difícil ver la luz de la bondad en lo que está sucediendo a nuestro alrededor, tanto en nuestro mundo como también en nuestra propia diócesis. Gran parte de lo que leemos y escuchamos en las noticias puede hacer que nos preocupemos y perdamos la esperanza.
Sin embargo, de modo particular, hoy se nos recuerda que la luz de Cristo es suficiente para llevar la esperanza incluso a los más necesitados. El regalo de Su luz se confía a cada uno de nosotros, a cada Cristiano, para que llevemos la luz de Cristo a todo el mundo. Es con esta luz que cumplimos nuestra misión de Caridad y llevamos a cabo las palabras de Jesucristo:"lo que hicieron con alguno de los más pequeños de estos mis hermanos, me lo hicieron a mí. " (MT 25:40)
Es a través de la misión, la misión social de la Iglesia –preocupación por todos los que experimentan la oscuridad de la pobreza, el abuso, la adicción, la falta de vivienda y el hambre– que la luz de Cristo brilla.
La misión de la Caridad en la Iglesia es llevar la luz a los que están en tinieblas. En cada época, la Iglesia debe ser fiel a su misión a través del cuidado y la preocupación de los que el mundo ha olvidado. Cada aspecto de la Caridad Católica es una oportunidad para que la luz de Cristo brille más intensamente, disipando las tinieblas e iluminando la verdad de que cada persona es un hijo amado de Dios y todos somos hermanos y hermanas de una misma familia.
Estoy agradecido por el buen trabajo de nuestras Caridades Católicas, cuyos esfuerzos incansables han sido un faro de luz para muchos, en estos días de aparente oscuridad. Cuando el resto del mundo se detuvo debido a la pandemia, el trabajo de Caridades Católicas continuó a pesar de la situación e incluso aumentó debido a la pandemia. En efecto, son las manos y los pies de Cristo en nuestra Iglesia local. Esta pandemia nos ha mostrado más que nunca la creciente necesidad de la presencia caritativa de la Iglesia.
En un esfuerzo por ser cada vez más eficiente, eficaces y tener mayor alcance con respecto a la misión de la Caridad que Nuestro Señor confía a Su Iglesia, he establecido una nueva secretaría en nuestra diócesis: la Secretaría de Caridad. Una secretaría es una agrupación de ministerios relacionados dentro de la curia diocesana, que me apoya en mis responsabilidades pastorales.
Con el establecimiento de esta nueva secretaría la misión esencial de Caridad, que muestra el rostro de Cristo como ningún otro a las personas necesitadas y que están sufriendo, se incorporará integralmente en todos los aspectos de la vida diocesana y parroquial. He nombrado a Anthony P. Kearns III, Esq., quien también sirve como nuestro canciller diocesano, para dirigir nuestra nueva Secretaría de Caridad como Director Ejecutivo. También se desempeñará como Presidente del Consejo de Administración. He nombrado a Julio Coto, quien ha servido tan hábilmente a nuestras Caridades Católicas, como Director Ejecutivo de Caridades Católicas de la Diócesis de Metuchen.
Que este esfuerzo de reorganización en aras de la misión de la Caridad nos permita avanzar aún más hacia una civilización de amor y reavive en todo nuestro pueblo un deseo profundo y un mayor impulso para poner el amor en acción. Ruego que experimenten la presencia del amor de Cristo en su propia vida y continuamente rezo para que Su amor sea conocido y experimentado más profundamente a través de toda la Iglesia de Metuchen.
Al trabajar para integrar conscientemente la misión de Caridad de la Iglesia en todo lo que hacemos, les pido que oren por favor por nuestros hermanos y hermanas más pequeños, aquellos que están heridos y necesitados. También les pido que recuerden en sus oraciones a nuestra nueva secretaría y a todos aquellos que, con su trabajo y ministerio, llevan el rostro de Cristo a tantos hermanos que se sienten desesperados. Por favor, sepan de mi amor y oraciones por ustedes y en su bondad, les pido que por favor oren por mí también.
Junto con los mejores y renovados deseos, los Saludo en Cristo,
Reverendísimo James F. Checchio, JCD, MBA Obispo de Metuchen